De la semilla a la sostenibilidad: cómo las empresas de cannabis se están volviendo ecológicas

La industria del cannabis, históricamente centrada en la reducción de costos, se encuentra ahora en un momento crítico donde la sostenibilidad está pasando de ser una preocupación secundaria a una estrategia operativa central. Cada vez más operadores reconocen que las prácticas ambientalmente responsables pueden ser tanto económicamente beneficiosas como esenciales para la viabilidad a largo plazo, ya que los consumidores buscan productos orgánicos cultivados y procesados de forma responsable. Empresas como Ziel, líder en el uso de tecnología de radiofrecuencia para la descontaminación de flores de cannabis, demuestra que las prácticas sustentables y la rentabilidad pueden ir de la mano, lo que constituye un sólido argumento a favor de prácticas más ecológicas.

La inversión en sostenibilidad 

Implementar prácticas sostenibles suele requerir inversión inicial y recursos, pero los beneficios a largo plazo son significativos. Al igual que en el cultivo de cannabis, los agricultores se están volviendo más ecológicos al incorporar tecnología sostenible en sus operaciones. Por ejemplo, si bien la robótica y la IA son habituales en la agricultura, Robótica de carbono Utiliza un sistema LaserWeeder para eliminar malezas en diversos cultivos, sin recurrir a herbicidas químicos tóxicos ni prácticas perjudiciales para el suelo. Carbon Robotics ayuda a los agricultores a reducir el alto costo de la mano de obra, a la vez que ofrece a los agricultores orgánicos del USDA una solución para eliminar malezas sin usar herbicidas. Estas iniciativas no solo fomentan una base de clientes fieles y comprometidas con la responsabilidad ambiental, sino que también consolidan al agricultor y a los proveedores de tecnología como líderes en el sector orgánico.

El camino hacia la certificación 

Actualmente, los productos de cannabis no pueden obtener la certificación orgánica del USDA debido a su estatus federal como sustancia controlada. Sin embargo, con la posibilidad de que el cannabis se reclasifique como sustancia de la Lista III, se abrirá una vía para la supervisión de la FDA, lo que podría allanar el camino para que las normas del USDA y del Programa Nacional Orgánico (NOP) se apliquen a los cultivadores de cannabis de forma similar a la industria agroalimentaria. De ser así, los productos de cannabis que cumplan con estas normas podrían finalmente obtener la certificación orgánica, alineándose con las directrices que se aplican actualmente a los alimentos y suplementos. Los protocolos de cultivo no solo determinan la certificación orgánica, sino que también influyen los procesos poscosecha. Por lo tanto, es fundamental seleccionar una tecnología de control microbiano que cumpla con los procesos orgánicos.

Métodos sostenibles de control microbiano

La radiofrecuencia es un tratamiento de radiación no ionizante que se ha utilizado para pasteurizar productos alimenticios durante décadas. La FDA y el USDA lo consideran seguro para el consumo, además de cumplir con los procesos orgánicos NOP. Los productos tratados con radiación ionizante no son elegibles para la certificación orgánica según las directrices del USDA y la FDA. En Canadá, el símbolo Radura es obligatorio tanto para alimentos como para productos de cannabis expuestos a radiación ionizante, como las opciones de rayos gamma, e-beam y rayos X. Estos métodos de tratamiento son eficaces, pero controvertidos, ya que la radiación ionizante puede alterar la estructura molecular del cannabis, lo que podría afectar su perfil de terpenos y otros compuestos activos.

Un tratamiento no ionizante, como la tecnología de radiofrecuencia, ofrece varias ventajas para el procesamiento sostenible del cannabis. A diferencia de los métodos tradicionales de descontaminación, que consumen mucha energía y recursos, el... Ziel RFX Solo requiere electricidad y bolsas de procesamiento, lo que elimina la necesidad de productos químicos y la eliminación de residuos. Por ejemplo, el RFX puede descontaminar 72 kg de cannabis en tan solo 8 horas con un consumo de electricidad inferior a 1 TP4T10, lo que reduce el impacto ambiental y aumenta la eficiencia energética.

Sostenibilidad

Por el contrario, las tecnologías de remediación ionizante de cannabis conllevan otros costos asociados, ajenos a las regulaciones. Por ejemplo, la remediación con rayos e y rayos gamma debe realizarse fuera del sitio, lo que supone un gasto de tiempo y dinero para los cultivadores en transporte, seguros y administración. Los equipos de rayos X pueden instalarse in situ, aunque requieren la instalación de enfriadores adicionales, lo que aumenta el costo y requiere la tramitación de permisos iniciales y renovaciones anuales. La remediación por radiofrecuencia, en cambio, no requiere licencias, etiquetado ni mejoras adicionales en las instalaciones. Puede realizarse in situ, y la tecnología ya ha sido evaluada por el USDA en otras aplicaciones.

Por último, el dispositivo Ziel RFX está diseñado para una vida útil de más de 20 años, lo que elimina la necesidad de reemplazos frecuentes de piezas y reduce significativamente los residuos. A diferencia de otras opciones del mercado, que suelen requerir reparaciones constantes o modificaciones importantes en las instalaciones, el RFX es una solución duradera y rentable que promueve la sostenibilidad y la eficiencia operativa a largo plazo.

Tecnologías como la radiofrecuencia brindan una solución sustentable para el control microbiano que se alinea con las pautas orgánicas de EE. UU. y Canadá y con las operaciones certificadas de Buenas Prácticas de Fabricación (GMP) en EE. UU. y la UE.

Caminos hacia la certificación sostenible

Mientras la industria espera la posibilidad de la certificación orgánica federal, los cultivadores pueden buscar credenciales alternativas. Programas como Envirocann y EnvirOganic, están dirigidos a aquellos con estricta adhesión a prácticas agrícolas sustentables y fabricantes que siguen un estricto cumplimiento en un entorno de laboratorio, GMP y conciencia ambiental. Granjas costeras solares, en California, ejemplifica este enfoque con su compromiso con la agricultura ecológica.

Otra opción destacada es la Programa de certificación Clean Green, la certificación de cannabis más grande y premiada, que promueve prácticas sostenibles. CULTA, una marca de cannabis artesanal propiedad de Maryland, fue la primera granja del estado certificada por Clean Green por sus métodos de cultivo sin labranza y manejo integrado de plagas, que incluye el uso de insectos beneficiosos en el suelo vivo.

Más allá del cultivo: abastecimiento sostenible

La sostenibilidad no se limita al cultivo. Muchas empresas incorporan prácticas de abastecimiento ético en sus cadenas de suministro. Verde, una marca de comestibles de cannabis, logró un hito en 2019 como la primera marca de chocolate de cannabis en recibir Certificación de Comercio Justo, apoyando el ingreso sostenible de los productores de cacao y sus comunidades.

El futuro del cannabis sostenible

A medida que las prácticas ambientalmente responsables siguen cobrando impulso en el sector del cannabis, la industria avanza hacia hardware más sostenible y procesos éticos. Los cultivadores y fabricantes que adoptan métodos ecológicos, ya sea mediante programas de certificación, abastecimiento de Comercio Justo o tecnología de eficiencia energética, están sentando las bases para que el cannabis se convierta en un modelo de operaciones éticas y sostenibles. Esta dedicación no solo aumentará la confianza del consumidor, sino que también contribuirá a un futuro más verde y sostenible para la industria y el planeta.

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